El gobierno de *Javier Milei* profundizó su aislamiento político con una nueva provocación a los gobernadores. En el Día de la Independencia, el Presidente conmemorará el 9 de Julio con un acto cerrado en el Campo Argentino de Polo, sin invitar a ninguno de los jefes provinciales. Ni siquiera a los oficialistas. Podés leer: Milei da un giro: el 9 de Julio lo celebrará en Palermo El gesto, interpretado como un desaire deliberado, *caldeó aún más la relación con los mandatarios del interior*, que ya venían tensando la cuerda por el ajuste, el recorte de fondos y el cierre de organismos clave como Vialidad Nacional.                           Aunque Tucumán había sido inicialmente anunciada como sede para el acto patrio, *las condiciones climáticas sirvieron como excusa para desactivar una postal de unidad federal que el propio Milei jamás quiso construir*. En su lugar, prefirió rodearse de su núcleo duro libertario, con presencia de empresarios, funcionarios y figuras del ala dura del Gobierno, evitando cualquier foto con referentes políticos. El malestar de los gobernadores no se hizo esperar. Algunos ya venían ensayando gestos de autonomía, como el *grito federal patagónico lanzado en Puerto Madryn, o el creciente rechazo a las medidas que afectan las economías regionales.  Cristina convoca a un acto paralelo con tono netamente político: Cristina vuelve al ruedo político desde su prisión domiciliaria                                           Pero el centro de gravedad del conflicto ya no es solo simbólico. *El verdadero campo de batalla está en el Senado*, donde los gobernadores tienen peso decisivo y el futuro de la Ley Bases, junto a las facultades delegadas, pende de un hilo. La Casa Rosada lo sabe y por eso apuesta al desgaste, a la fragmentación de los bloques provinciales y al carpetazo personalizado para quebrar voluntades. Sin embargo, *la estrategia de confrontación constante de Milei con los gobernadores parece haber llegado a un punto de saturación*. Las provincias reclaman previsibilidad, fondos para obras y respeto institucional. A cambio, reciben portazos, decretos y motosierra. En este 9 de Julio, *la ruptura del pacto federal quedó más expuesta que nunca*. El Presidente no sólo eligió no dialogar con los gobernadores: directamente los borró de la escena. Y ahora deberá enfrentar las consecuencias políticas de un federalismo herido y de un Senado cada vez más incómodo con su modelo de poder unipersonal.         SEGUINOS EN NUESTRO CANAL DE WHATSAPP PARA ESTAR SIEMPRE ACTUALIZADO https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M